El sistema digestivo de los caballos mayores funciona más lento. También les resultará más difícil absorber los nutrientes del pienso. Por lo tanto, las necesidades energéticas de los caballos sénior son mayores, ya que digieren los alimentos de manera menos efectiva y absorben los nutrientes que se les ofrecen de forma menos eficiente.

Los caballos sénior son más susceptibles a los cólicos y al estreñimiento en comparación con otros caballos. También son más propensos a sufrir síntomas más sutiles de una microflora que funciona peor, como heces más líquidas. Además, a los caballos mayores les resulta mucho más difícil cambiar entre diferentes alimentos en comparación con los caballos jóvenes. Entonces, si decides cambiar a un alimento diferente (forraje o pienso), asegúrate de mezclarlo inicialmente con el alimento anterior.

Una buena función dental es importante para la digestión. Los caballos deben triturar su comida en trozos menores a 1 centímetro para el óptimo funcionamiento de los intestinos. Si ya no pueden hacerlo, se puede producir alteración de las heces. Esto puede incluir heces líquidas, heces diluidas, cólicos, diarrea u obstrucciones. Los caballos con una función dental disminuida no son capaces de consumir fibras largas (>3 cm). en este caso, puedes alimentarle con Pavo SeniorFibre, todas las fibras de SeniorFibre tienen una longitud máxima de 3 cm.

Pavo GutHealth ha sido especialmente desarrollado para apoyar de manera óptima la digestión de tu caballo al restablecer el equilibrio en la población de bacterias.

Los caballos pueden empezar a sufrir problemas dentales a partir de los 15 años. Notarás una gran diferencia si comparas la boca de un caballo mayor con la de sus homólogos más jóvenes. Esto se debe a que los incisivos y molares seguirán creciendo durante toda su vida.

Los incisivos y los molares se desgastarán porque se rechinan entre sí al masticar. Lamentablemente este desgaste no siempre ocurre de la misma manera. Esto puede dar lugar a bordes, a veces también denominados "ganchos". Los molares ya no se deslizarán unos sobre otros, por lo que el caballo ya no podrá masticar correctamente y perderá peso. Esto también puede crear grandes espacios entre los dientes (diástasis), en los que los alimentos pueden atascarse fácilmente. Y a su vez, puede provocar inflamación. A veces, puede provocar que los incisivos o los molares se caigan, lo que hace que el diente opuesto crezca demasiado.

En realidad, este proceso comienza inmediatamente después del nacimiento de tu caballo. Sucederá más rápidamente con algunos caballos que con otros. La osteoartritis podría ser la culpable tan pronto como notes que tu caballo se vuelve algo más rígido o incluso comienza a caminar cojeando. Se pueden utilizar rayos X para determinar hasta qué punto ha progresado el proceso. Si no estás seguro/a de si la culpa es de la osteoartritis, siempre será una buena idea hacerle algunas radiografías, ya que será mucho mejor poder intervenir en una fase temprana y mantener la articulación lo más tranquila posible y, de esta manera, ralentizar el proceso.

Las articulaciones más comúnmente afectadas son la articulación del menudillo, la articulación de la corona y la articulación del corvejón. No hace falta decir que otras articulaciones también pueden verse afectadas.

La osteoartritis no se puede curar. Lo único que puedes hacer es aliviar el dolor del caballo. El objetivo final es que el caballo pueda disfrutar sin sufrir dolores. El tratamiento de la osteoartritis tiene como objetivo reducir la respuesta inflamatoria en la articulación.